Dolor es arma

La sombra de alguien grande
empequeñecido
se retuerce y se muerde
tratando de exorcizarse.
Él la observa desde arriba,
siempre está arriba,
controlando cada gesto,
y sólo dejará huir a las
l á g r i m a s.
Dolor es su arma
de destrucción masiva.
Dolor inodoro-silencioso
imprescindible en su plan
no pensado-ya nacido.
Por cada uña que nace
en la sombra de cristal
él crea un muro de acero
que ella ya no araña.
La sangre de sus dedos
dibuja sobre el metal
bebés colocados
de palabras malsonantes.
Perseverancia
cobra entonces sentido
para el que cobra
y lo pierde
para el que pierde.

Dead Parts

I

Niño muerto
vestido de negro,
tez pálida
cual desencuentro,
nostalgia que agita
las manos en el aire denso
para disipar
la bruma del llanto yerto.

Madera gótica envuelve
pequeño cuerpo inerte,
olor tenue a bosque
revive la infantil esencia
de la que fue sonrisa,
ocio omnipresente
de revestir los ángeles
con pieles inocentes.

Suaves ondeos agudos
se esfuman en crecendos graves
y vuelven como allegros mudos.

Espíritus murmurando penas,
fragmentos de silencios
que esquivan con torpeza
el filo de los sonidos
que los violines rezan
amargando los zumbidos
de los corazones quietos.

II

El gris se hace sonido
cubierto de sollozos
enfermos de sinsentidos
entre paredes ancianas.

Reflejados seres divinos
en los vitrales sangrientos
e ilustradores impávidos
de sufrimientos humanos
ahogados por el olvido.

Lágrimas espirituales
mojan frívolos himnos
enaltecedores de un futuro
aplastado por el hilo
que quiso resistir fiel
pero cayó hecho añicos.

Cientos de almas llorando
al pobre infante inválido
que corre sin movimiento
y con gesto esquivo
hacia la soleada tumba
donde esperan ávidos
miles de apestosos gusanos
que desharán la confección
de perfecta piel pálida
para servir de vestido
a algún querubín eterno.

Aberrante fusión by Partageé & Velocet

Photo by Joel-Peter Witkin

Incapaz

De nuevo,
segundo tras segundo,
en ceniza se convierte mi cuerpo.

Los anhelos de un futuro inexistente,
mensajeros del recuerdo,
de repente.

Arrodillado
en mi hedor mecánico
escupo lágrimas al ser estrujado.

La estructura de papel de seda
muere en silencio.
Esquela.

Mal día para cerveza y pistachos

Ella odiaba el rosa.
Manchas amarillas y verdes
acompañaban graciosas
a cáscaras de pistacho
en el día de la marmota.

Ya renegó de él en la tienda.
Pero si estás preciosa...
con este fantástico vestido
irás a la última moda.
Frente al espejo, pensaba:
Esta maldita zorra
intenta venderme la moto
y me obliga a una vomitona.

No le faltaba razón
y de esa guisa fue a la boda.
Una vez en el santo edificio
muchos la tomaban por loca.
Pero ellos no sabían que
ella odiaba el rosa.

Inspirado por y dedicado a Luciérnaga Bipolar

Decidle a los niños que ya no lo son

Risas ahogadas entre kilos de ternera,
borbotones de ketchup agujereando
la corbata de la marca deseada,
aros de cebolla con forma de anillo
de infinitos quilates en las pezuñas,
hojas de lechuga petrolificadas
sirviendo de piel a zapatos de ante.

Todo eso y mucho más llega a mi boca
como una pastosa masa de cemento
que me habla de los sueños perdidos
a miles de kilómetros de distancia
cuando los padres reciben este mensaje:
Decidle a los niños que ya no lo son.

"Un lugar Sensato en una tierra Sensata"

La ignominiosa levedad de la
cordura
corta manzanas con un martillo
y los trocitos que salpican
saben a yeso
y son mariposas ciegas
en un bote de cristal.
Mientras, los bebés leen
a papá y a mamá
antiguos cuentos de pasta dura
donde el murciélago es otro
maníaco.
El cuento de siempre
pero con tamaño
de semental afroamericano.
Y papá y mamá
se ruborizan uh-oh-hijosmíos.
Aunque hijosmíos se clavan espejos
en las manos
donde rebotan oh-oh-diosmíos
y se reflejan sonrisas
definitivamente f e l i c e s.

Sonríen, calla, grito

Penetra el sable
en el destino escrito.
Defectuoso,
como tantas veces,
sólo roza una arteria
prolongando
la agonía del noble.
Baño rojo sobre negro.
Perfecta
fuerza innata
apartando la arena
con su vida.
Calla su latido.
Grita mi alma.